
Me encanta ir al Cosmocaixa con el crío. Especialmente en verano: cerca de casa, gratis, el crío se entretiene y tiene aire acondicionado. No se puede pedir más.
Me encanta tomarme algo en la Plaça de la Ciència, a los pies de su fantástico edificio modernista. Debo confesar que siempre había pensado que era una antigua fabrica pero no. Resulta que hasta 1979 funcionó como asilo para niñas ciegas.

Buscando, he leído en la hemeroteca de La Vanguardia que el Asilo Amparo de Santa Lucia, que así se llamaba el lugar, fue inaugurado, con bendición obispal incluida, el 16/3/1891 en un edificio al lado del Hotel Casanova.
Como curiosidad, decir que el Hotel Casanovas, hoy reconvertido en instituto, fue el primer campo de fútbol del F.C. Barcelona y que se encontraba al lado de la parte superior del Hospital de Sant Pau. Es decir lejos de la actual ubicación a las faldas del Tibidabo.

Pero es que el Dr. Andreu, que por esa época andaba acabndo la urbanización de Avd. Tibidabo, ya sea por generosidad, por quedar bien con el obispado o por las dos cosas, cedió un trozo de su terreno para construir un nuevo edificio.
La obra se encargó a un arquitecto que formaba parte de la Junta Protectora, Josep Domenech i Estapà.

No confundir con Domenech i Muntaner (el del Palau de la Música o del Hospital de Sant Pau, por ejemplo). La verdad es que, entre que Muntaner era algo mayor y que era un crac, al pobre Estapà le llamaban «Domenech el malo». Y es que la gente es mala, mala.
Ademas de injusta. Estapà hizo obras notables como el Palau de Justícia (junto a Enric Sagnier), el Observatori Fabra o el Teatro Poliorama (entonces Acadèmia de les Ciències). También es suya la Presó Model (junto a Salvador Vinyals). Así que tan malo no era el hombre.

En todo caso, le tuvo que tener manía al Muntaner porque, además de soportar el apodo, vio como le quitaban el proyecto del Hospital de Sant Pau que le habían dado y que acabó realizando, eso sí magníficamente, Domenech i Muntaner.
No obstante, el proyecto de Asilo sí lo realizó Domenech i Estapà y se inauguró el 1904.

Los medios de financiación del Asilo fueron de lo mas curioso. Desde donaciones (debió estar de moda porque en la hemeroteca puedes encontrar un montón de referencias a donaciones a su favor) hasta ‘especulación inmobiliaria’ (que me conste, construyeron un edificio en Rambla de Catalunya y otro en Avd. Tibidabo para ganar dinero con la venta) pasando por comprar un cine. Y es que, en 1909 se les ocurrió comprar el cine Napoleón.

El cine Napoleón fue el primer cine de Barcelona. Los hermanos Napoleón, que en la época eran unos fotógrafos muy reputados, exhibieron en 1896 el invento de los hermanos Luière y, ante el éxito, empezaron a hacer proyecciones. Un año después, instalaron el cinematógrafo en la Rambla de Santa Mónica, en el edificio donde hoy esta el Frontón Colom. Al principio fue muy concurrido por la alta sociedad barcelonesa. Sin embargo, para cuando lo compró el Patronato en 1909 ya iba de capa caída. Menos de un año después cerraba.

El Asilo también se caracterizó por tener una actividad musical notable. En la hemeroteca queda constancia de numerosas veladas musicales. Además, el Asilo contaba, ya desde los años 20 con su propio orfeón «L’orfeo de Ceguetes de Santa Llúcia», el primero femenino de Barcelona

A partir de los años 20, el Asilo pasó a ser propiedad de La Caixa (en aquella época, Caja de Pensiones para la Vejez y de ahorro) y estuvo en funcionamiento como asilo para niñas ciegas hasta 1979, a cargo de las Hermanas Carmelitas.
Dos años después, abrió el Museu de la Ciència que fue el primer museo de divulgación científica de España y que en 2004 se ampliaría, convirtiéndose en el actual Cosmocaixa.
Para hacer la ampliación La Caixa utilizó los terrenos que había ocupado un antiguo manicomio, el Nova Betllem.

En su época, el Nova Betllem fue lo más de lo más. Construido en 1873, representó la cuna de la medicina psiquiàtrica de Catalunya.
Fundado por el Dr. Gine i Partagàs, catedrático de la Facultad de Medicina, representó un cambio de paradigma, dignificando a los pacientes que dejaron de ser locos peligrosos pasando a ser enfermos que podían curarse.

El Dr. Giné se preocupó de divulgar su disciplina. Publicó la Revista Frenopàtica Barcelonesa, dió conferencias e impartió cursos de psiquiatria cuando ésta no era considerada disciplina universitaria.
No obstante, Nueva Belen fue un manicomio de lujo, con locos de primera, segunda y tercera clase. E, incluso, con derecho a «criado especial».

Nueva Belén fue todo un exito entre la alta sociedad, hasta la muerte del Dr. Giné en 1893. A partir de ahí empezó a decaer, en favor del Manicomio de Sant Boi.
En 1942 cerró sus puertas y el edificio fue ocupado por el Tribunal Tutelar de Menores. Más tarde pasó a manos de las Religiosas del Buen Pastor que construyeron una inmensa iglesia circular.
En 1987, La Caixa lo compró todo y lo integró en el antiguo Museo de la Ciencia. La iglesia, ya desafectada, albergó las grandes exposiciones y el antiguo manicomio las oficinas del centro.
Finalmente, en 1998 ambos fueron derribados para construir el nuevo Cosmicaixa.